TARDE EN CASTELAR-MANUEL PACHECO
Sencilla como un niño cogido de la mano
la primavera tiene remansos de sueño.
Estamos bajo un árbol mirando a las palomas,
la tarde azulada te besa el cabello.
Te miro, tus ojos tienen luces
de fuentes rumorosas para encender besos.
Tus manos tienen brisas de blancas mariposas
y ponen en las mías un tacto de luceros.
¡Qué sencilla es la vida cuando tu voz me sabe,
cuando su roce tiembla iluminando el verso!
Estamos los dos sentados bajo un árbol,
las palmeras te nombran, los jazmines son rezos
que resbalan bocas de blancura pequeña
por tu rostro dormido de nenúfar moreno.
Los niños pasan tenues como barcos de mimbre
en coches de luna dulcemente pequeños.
Nuestras manos se unen comulgando jardines,
la tarde azulada besa tus cabellos
la primavera tiene remansos de sueño.
Estamos bajo un árbol mirando a las palomas,
la tarde azulada te besa el cabello.
Te miro, tus ojos tienen luces
de fuentes rumorosas para encender besos.
Tus manos tienen brisas de blancas mariposas
y ponen en las mías un tacto de luceros.
¡Qué sencilla es la vida cuando tu voz me sabe,
cuando su roce tiembla iluminando el verso!
Estamos los dos sentados bajo un árbol,
las palmeras te nombran, los jazmines son rezos
que resbalan bocas de blancura pequeña
por tu rostro dormido de nenúfar moreno.
Los niños pasan tenues como barcos de mimbre
en coches de luna dulcemente pequeños.
Nuestras manos se unen comulgando jardines,
la tarde azulada besa tus cabellos
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